Ciao a tutti!
Aprovecho el ratito libre que la lluvia de Siena me ha proporcionado esta noche para contaros un poco lo que está siendo este primer mes de mi aventura italiana. Supongo que, como todo principio, en un primer momento todo parece más diferente, más raro, más emocionante y más difícil de lo que en realidad es, pero mi visión de las cosas que debía ir haciendo, de como me tenía que ir apañando en mi nueva vida, con la casa, las clases, la ciudad nueva etc. hacían de cada día una aventura. Y es que si juntamos a la novedad que supone para mí esta experiencia, las costumbres italianas y mi habilidad natural ( o más bien la falta de ella) para la orientación, equilibrio, etc. realmente cada día sí que es una gran aventura...
Para que os empeceis a situar, ahora mismo os escribo desde un piso chiquitito en el centro de Siena, muy cerca de la Piazza del Campo, lugar de reunión de todos los estudiantes, erasmus, turistas y sieneses por excelencia. Pero, como no, la facultad que tengo a dos minutos de mi casa no es el lugar donde se imparte el cursillo de Italiano Intensivo para Erasmus al que estoy acudiendo este mes. Ya sabeis que esto sería demasiado fácil. No, la Università per Stranieri di Siena está a las afueras de la ciudad, saliendo de las murallas, por lo cual entra en juego en mi día a día el factor autobús.
Gracias a esto cada mañana es un misterio saber si llegaré a clase o no, y todavía más si volveré a mi casa. Esto lo aprendí ya en mi primer día, cuando estuve más tiempo bucando el bus de vuelta al centro desde la universidad que haciendo la prueba de nivel por la cual estaba allí aquella mañana. Algunos podrían atribuirlo a mi falta de orientación, o a mi desconocimiento de la ciudad. Y a estos les contestaría que perdón, pero es que hasta pasada una hora de búsqueda no se me ocurrió que el arquitecto en cuestión hubiera decidido colocar la parada de autobús en el segundo piso del parking del centro comercial que comparte edificio con nuestra universidad. A esto hay que sumarle que al día siguiente el conductor del autobús 10 decidió que hacía un día tan bonito que no era momento de ir a clase, por lo que me dio una vuelta turística por las afueras de la ciudad durante 40 minutos para volver a dejarme en la misma parada donde me había subido. Y es que claro, también fue culpa mía no darme cuenta que hay dos autobuses 10, uno de los cuales me deja en la universidad, pero claro, es más emocionante ir viendo cogida a la barra si las calles te suenan de algo o no, en lugar de poner una línea 10 bis, o incluso una línea 11.
Pero bueno, como todo principio, esta situación no dura mucho tiempo y a estas alturas ya puedo asegurar orgullosa que las cuatro calles sienesas que recorro para ir a la universidad, comedor universitario, piazza y super me las conozco a la perfección y ya casi nunca me pierdo.
Y así, entre el cursillo, quedadas en el MeetLifeCafé ( el mejor sitio sienés para el "aperitivi", una estupenda costumbre italiana), largas horas sentada en la Piazza del Campo mirando hacia el Palazzo Comunale, y demás, van transcurriendo los días aquí en esta estupenda ciudad, donde los erasmus abundan, la pizza también y si algún día no vemos un desfile con lanzamientos de banderas debemos comenzar a preocuparnos. Pero en general, aun con todas las locuras italianinas, las que yo misma aporto y demás, he de decir que estan siendo unos días geniales, llenos de retos, descubrimientos, gente y lugares estupendos, etc. y que unos principios así prometen mucho y dan ganas de ver como continúa esta aventura.
Muchos besos a todos, y gracias por vuestra atención blogil =)