12 de octubre de 2010

Cambios

Hola gentola!!

Gracias a una petición muy sutil de cierta personilla que esperaba al leer mi blog que ya fuera por la última entrega de una pentalogía, me he animado a escribiros hoy para contaros que ya he acabado el cursillo de Siena y, tras un largo viaje, muchas agujetas y un moratón, ya estoy establecida en Módena. He tardado bastante en escribir, eso sí es cierto, pero es que hasta ahora no podía decir sinceramente que ya estaba de verdad establecida.


 Y es que, la gente tiene razón al decir que en seguida me apego mucho a las cosas, y por mucho que mis principios en Siena fueran más que inciertos, durante el mes que he vivido en esta preciosa ciudad ya me sentía como en casa, con mi rutina, buses, aperitivi, cenas y post-cenas en la Piazza, gente, mensas, viajes, fiestas, clases, cuestas, etc. y se me ha hecho algo raro tener que volver a embutir mi vida en dos maletas ( y una mochila y una bolsa con una almohada) y volver a empezar en una ciudad nueva.

Así que, me ha costado un poco más, pero ya puedo decir que vuelvo a estar más o menos situada, ahora sí y definitivamente en la ciudad de la Emilia-Romana, Módena. Como una muy sabia amiga me dijo, es una ciudad no muy grande, bastante carina como dirían aquí, con mucha niebla ( con el consecuente peligro a perder el moreno que tanto esfuerzo me ha costado conseguir este verano, o no...), muchos erasmus y, como no, como toda ciudad italiana, llena de líneas de buses cruzadas ( aunque ahora, por si no tenía bastante, tengo que ponerme cada día en peligro cogiendo también trenes) y de organizaciones burocráticas incomprensibles.

Y cuando digo incomprensibles, realmente me quedo corta, porque ¿ en qué otro país iría cada semana a clases distintas y tendría horarios distintos? ¿ en qué otro país tendría que volver a rehacer mi contrato de asignaturas desde un principio? ¿ en qué otro país los profesores serían entes sin despacho a los que encuentras por pura casualidad? Pero bueno, ya me voy acostumbrando a lo que la misma sabia y experienciosa amiga llamó el "casino" italiano, que no es otra cosa que un eufemismo con tintes ludópatas para referirse al descontrol y lío que rige el día a día de este lugar.

Pero, eso sí, tal y como se ve en el título de esta entrada, una ya ha cambiado y no deja que estas pequeñeces le afecten, así que mejor me lo tomo a risa y me lo planteo como una oportunidad de batir el récord de ser la studentessa que a más asignaturas ha asistido de la facultad, en vez de deprimirme y no ir a ninguna.

Y además, siempre me quedará el animarme con un delizioso capuccino o irme a "mirar casas", como lo llaman algunos, aunque los italianos también me lo han puesto difícil envolviendo todo el duomo y el campanile de Módena entre lonas y andamios hasta dentro de tres años, pero bueno, ya tengo excusa para volver dentro de un tiempo  =)

Así que, gente, en breves (sobre todo si me vuelven a llamar la atención como esta vez) seguire contando como va todo por esta ciudad adoquinada y neblinosa, gracias por leerme!

Ci vediamo presto, ciao a tutti!